El Espiritu

EL ESPIRITU

Tanto hablamos de si nuestro espíritu esta cansado, o espiritualmente estamos perdidos o solos. NO.

El espíritu es el inigualable e incondicional compañero del alma.

Recuerden: el alma es la mente, que tiene conciencia, memoria y emociones. Por lo tanto, que hace el espíritu?

Es la fortaleza del alma, la acción, los musculos, la fuerza, la voluntad de hacer o ser.

El espíritu es un luchador nato. Un justiciero. El activador de nuestro cuerpo vertical y horizontal.

Aquellos que lo pueden ver e identificar, verán, a un ser anodino, grisaseo, sin rostro en particular, pero con expresión. Como si fuera una masa de gelatina, pero firme, con formas.

El esta atento a todo lo que sucede con el alma. Para eso vive. Ella lo complementa. Ella da la orden y el actua. El se expresa en nuestro cuerpo para los movimientos, ya sea voluntarios o involuntarios.

Para que entendamos, cuando el alma esta inactiva, compungida, desolada, el esta preocupado e inactivo. Puede realizar actos “involuntarios” ya que el alma cuando esta mal, puede actuar “en off” para las acciones diarias, mientras ella deduce, limpia, sana su fragmento.

 El espíritu es nuestra acción de guerreros, y al ser justiciero, no puede ver al alma incompleta, por eso la ayuda en su búsqueda. La protege. Le avisa.

En esa inagotable compañía, el espíritu habla con el alma, para que ella no decaiga.

Es su supervivencia. Su autocontrol.

Si ella decae, se agobia, esta terriblemente fragmentada, lastimada, sin rumbo, el espíritu se siente triste, inmoral, solo, ya que por su falta de acción, puede decaer . 

El espíritu tiene la intuición, siempre esta al acecho, cuidando de su alma, y del cuerpo que habita. Al igual que el alma no muere. Y sigue con nosotros en las vidas que vivamos mientras no cerremos los ciclos o misiones para las que venimos.

El espíritu es la justicia de la fuente y es deber y responsabilidad del alma recordar para que venimos y que hay que hacer.

Les habrá pasado, que han tenido lo que se dice comúnmente, deja-vu.

En realidad, tu alma lo vio (precognición) o vivio (visión o memoria) en otros momentos o planos (vidas). Pero también el espíritu estuvo allí. Por eso el deja-vu, es completo, lo podemos tener en sentido, en táctil, en olfato, etc.

El espíritu es el que puede vernos en segunda y tercera persona.

 O es el que puede “volar” y tener acciones ya sea que estemos en planos horizontales o verticales.

Pero debemos cuidarlo mucho. Es nuestra fuerza de voluntad y nuestra justicia.

Si le damos ordenes para que haga cosas fuera de nosotros, tenemos que tener el alma sana, unida, y nuestro cuerpo organico también, ya que el espíritu necesita de nuestra ayuda. Porque puede ser doblegado, partido, manchado, si el resto de nosotros no estamos bien. El espíritu es nuestra fuerza y voluntad, pero sino tenemos un cuerpo que lo ayude, puede perder alguna de sus facultades o quedar atrapado en algún viaje.

Cuando estamos en depresión, agobiados por algún tema, la comunicación alma-espiritu puede ser no la correcta, de ahí, que hacemos nuestros desastres terrenales, esotéricos, misticos, paranormales, etc.

El espíritu tiene “duplicidad”, no nos abandona totalmente cuando lo mandamos a que haga algo fuera de nuestro cuerpo. Una parte de el queda con nosotros para que realicemos otras tareas. Y entre el y

su “dupla” siempre hay conexión. Se puede ver como una estela.

Y eso hace que nos puedan ver cuando volamos o visitamos a alguien. El lleva nuestro ADN trinologico y genético. Y, si no sabemos hacerlo bien, nos ven, nos siguen, nos atrapan.

Por eso es tan importante recordar  que debemos estar sanos, completos, y recordar a que vinimos, cual es nuestra misión, entenderla y comprenderla, estar en armonía con la vida actual terrenal, para que después podamos volver a la fuente .

Es importante saber si nuestro espíritu esta comunicándose con nosotros.

Recordemos que de la fuente nos dan una esencia, un alma y un espíritu. Y con esta trilogía, nos vamos a un cuerpo que puede estar sano o no, orgánicamente. Que trae sus propios genes, al cual nos adaptamos si sentimos que esta bien, o “educamos” si sabemos que esta mal.

Un ser humano común (que nace sin capacidades extraordinarias a la vista), puede realizar o recordar si vivio antes, que podemos hacer en cualquier plano, incluso el organico o terrenal, cualquier actividad extraordinaria.

A que le llamamos extraordinarias? A poder hacer varias cosas a la vez, a tener varios pensamientos diferentes al mismo tiempo y diferenciarlos, a poder realizar tareas físicas que “supuestamente” nuestro cuerpo no puede o no debe hacer.

Las capacidades o habilidades que podemos hacer o tener son infinitas.

Habran escuchado de personas que la ciencia desahucio y hoy llevan vidas “normales” físicamente. Los milagros, les llaman. Tambien, habran escuchado sobre personas que levitan, mueven objetos, doblan metales, leen el futuro, producen electricidad, etc.

Estas habilidades las podemos tener todos en realidad. Y no hace falta que tengamos mas cromosomas, o nos inyecten con algún liquido extraño para tenerlas.

Pero si hace falta, que nuestra trilogía este bien, al igual que el cuerpo que habitamos. Eso hace que orgánicamente nuestro cerebro mental organico aumente su capacidad de comprender y aceptar lo nuevo que incorporamos.

Tenemos la esencia de la fuente que todo lo puede hacer. El alma que todo lo siente, guarda y clasifica, y al espíritu que tiene la voluntad y fuerza. Y tenemos la herramienta organica para realizarlo.

Tambien podemos encontrar personas que vemos con el aura muy gris. A no confundir. Puede ser que esta persona este funcionando mas fuerte con su espíritu que su alma. Eso pasa cuando se impone a si misma metas a cumplir en tiempo y forma. Y entonces, funciona con mas voluntad que emoción.

Es importante que podamos diferenciar. Y también lo es, reconocerlo concientemente, hablarle. El te dara su ayuda. Solo debes escucharlo.

Todo depende de nosotros, de nuestra acción, de nuestro destino, de lo que hacemos dia a dia, de cómo nos cuidamos y conocemos, pero principalmente, de cómo nos escuchamos y sabiendo esto, procedemos.