Manto de estrellas



La experiencia de Ricardo:

“(…) Era de tardecita, el sol se iba ocultando tras el horizonte del mar. Me meto por unas callecitas que bordeaban aquella ciudad, mis pies caminan solos, cómo si supieran donde ir.

Soy una especie de guerrero, de soldado. Se huele en el aire la ansiedad y el temor de todos, algo se avecinaba y estaban todos ocupados con preparativos, pero había un grupo que se preparaba para ir hacia el gran cristal.

 Un señor mayor de largas barbas blancas y túnica blanca les hablaba parsimoniosamente, les transmitía calma y serenidad.


Comprendo de pronto que me hallaba en la Atlántida…

El grupo era pequeño, “ella” ya había partido y había dejado la huella energética para que la pudieran seguir.

Sólo uno de ellos conocía totalmente la energía de ella como para poder rastrearla, era como si la energía de ella tuviera olor y color.

Los otros confiaban en él y lo seguirían si saber a ciencia cierta dónde concluiría.

Sigo caminando por aquella pequeña calle y doy a la puerta de una casa en cuyo portal se hallaba mi madre (¿¿??).

Tejía un gran manto azul con estrellas blancas cómo  las que brillaban en el cielo, al terminarlo, me lo coloca sobre los hombros y me susurra:
“ten, para que no olvides” (…)


Extracto del libro: "Un viaje hacia la plataforma estelar" de Alicia Bauer

Basado en historias reales de personas vivas, grandes guerrerr@s cuya percepción pasa desapercibida para nosotros.


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