Cuantas veces nos lamentamos, lloramos e intentamos defendernos de acusaciones que nos hacen los demás?
Muchas!!
Cuando esto sucede…cuando le hemos abierto la puerta al “regalo “ de la culpa, nos sumergimos en un mar tormentoso de pensamientos y razonamientos donde solo buscamos demostrar que no somos aquello de lo que se nos acusa…y en el camino…el dolor nos doblega…
Pero…si estamos atentos a las señales que el conocimiento nos envía..si estamos despiertos a cada segundo..podremos observar que cada acusación ,que cada culpa que se nos envía tiene su origen en el otro y se “refleja” en nosotros cual espejo.
Entonces..si el dolor aparece en nosotros…si el intento de defensa aparece en nuestra mente..pues, algo de este regalo hay en nosotros que debe ser sanado…debe ser comprendido.
Y aquí es necesaria la “responsabilidad”…mas no la culpa.
Asimismo, cuando se nos envían estos regalos, y el dolor no aparece, y la mente no se zambulle en busca de “defensas”..cuando no hay nada que defender…dicho regalo no es aceptado…sigue siendo propiedad de aquel ser que lo envió…y nosotros cual espejo solo reflejamos para ese ser aquello que debe ser observado, comprendido y sanado…
Alicia
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