El ego: nuestra personalidad


Mucha gente dice: Mátalo! Domínalo!! Contrólalo!!!
Alguien puede estar en éste mundo sin personalidad?
Verdad que no?
Todos tenemos nuestras “singularidades”
Ahora bien, esto no significa, que tengamos un ego desbocado por falta de conocimiento de cómo se formó, que lo impulsa, que lo hace actuar como actúa, reacciona, ataca, defiende, piensa, siente, etc…
Entonces: nada de mátalo, domínalo o contrólalo.
1-Conócelo
2-Ve a su origen y observa con mente silenciosa que lo formó, que partes de la realidad oscura y luminosa lo conforman. Para ello has de ser muy meticuloso en tu historia personal, pero por sobre todas las cosas, has de ser muyyyy honesto contigo mismo. Sin justificaciones de ningún tipo: lo que es: ES…nos guste o no.
3-A medida que te adentres en él (tu mismo), descubrirás hábitos tomados de otros, creencias que no eran tuyas, creencias que formaste tu mismo, pero quizás debido a una mala interpretación del momento o situación (Ejemplo: a-el dinero es malo, porque los que tienen dinero hacen mal uso de él. b-el poder es malo, porque quienes lo tienen hacen mal uso de él…Que sí, que hay personas así, seguro..pero qué hay de aquellos que hacen buen uso de ello? Te has dejado “marcar” por alguna de estas situaciones o quizás de otras y en base a ello has “creado” nuevas creencias en ti?
4-Cuando el ego es “descubierto” y la mente entra en silencio en su auto observación o auto-acecho, el plano del alma comienza a emerger y a ser “escuchada” y con ella, el espíritu comienza a accionar.
5-Cuando el ego comienza a ser re-educado, que no matado, ni controlado ni dominado, si no comprendido y desde allí recibe cierta luz, es que el conocimiento tiene “espacio” en nuestra mente consciente para comenzar a establecerse. Y el espíritu comienza a resurgir con más fuerzas y un poco más libre.
Aquí comienza el cambio en ti, algunas personas se alejarán (ya no eres el mismo) pero otras vendrán, y entre ambos procesos, habrá espacio de tiempo lineal, donde podremos percibir otros miedos, unos más sutiles. Y así se va desarrollando la batalla espiritual dentro nuestro, donde dejamos de culpar a otros, pues comenzamos a comprender que mucho de lo que vivimos, también es nuestra responsabilidad. Y desde éste lugar, comenzamos lentamente a vivir de otra manera, y porque nosotros cambiamos, todo a nuestro alrededor cambia también.
Es la primera, larga y gran batalla. A la que jamás hemos de dar por terminada. Para ello se requiere de la automatización del auto acecho in-situ.
Alicia Bauer

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